¿Y si la Muerte amara la Vida y la Vida le correspondiera? Cuan frágil sería la Vida y viva sería la Muerte.
De hecho es una realidad, la Muerte ama la Vida, la quiere solo para ella, pero la Vida la hace languidecer, hasta que por fin se rinde a sus pies y muere de amor por ella.
Muerta o viva, la Vida no perece porque el recuerdo la mantiene latente.
Muerto en vida, vivo en la muerte, paradojas del deambular de los hombres sobre el camino de la Vida que deriva en la Muerte.
La Vida teme a la Muerte, por que sabe que muere por ella, la Muerte ama la Vida, por que vive por ella. La una no vive sin la otra, la una no muere sin la otra.
Tan femenina, la Vida como la Muerte subyugan a los hombres sin remisión. Ellos luchan por ambas, dan la Vida, juegan con la Muerte.
Celosas la una de la otra, la Muerte quiere al hombre muerto, la Vida quiere al hombre vivo. Y él no sabe si vivir o morir, ser o no ser esa es la cuestión. Tal es su dilema que vive su vida para morir y muere para vivir en la memoria de la historia.
La Muerte ama la Vida y vive por ella.
La Vida espera la Muerte y muere por ella.
La Muerte no existe sin la Vida, hay que estar vivo para morir.
La Vida no se define sin la Muerte, la Muerte le da su fin en el caminar de los hombres a través de los tiempos y esa... señores, es otra historia que habré de contaros, pero... eso será en otro momento... es cuestión de tiempo.
Tiempo al tiempo.
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