jueves, 30 de enero de 2014

LOS ENAMORADOS





LOS ENAMORADOS



Fundidos en un abrazo, se dan al amor.
Un encuentro furtivo, con todo su sabor.
Por toda luz; la luna
¿Alguna voz? Ninguna.
Solo su mirada profunda,
su verdad más rotunda.
Solo su sonrisa clara,
que ilumina su cara.

Únicamente sus sombras son cómplices de ese amor,
que se profesan sin ningún rubor.
Único testigo; la luna, 
una verdad y una fortuna.
El no se cansa de mirarla,
solo quiere adorarla.
Ella cierra sus ojos,
para sentir su antojo.

¡Que felicidad tan intensa y plena!
que bulle como una colmena.
De sus caras, el brillo.
música de fondo, el grillo.
Él con gracia torera y maestría,
le brinda sus lances con alegría.
Ella sobrada de salamería,
lo lidia con gran sabiduría.

Algunos paseantes les envidian su calor,
atrapados por un fingido y extremo rigor.
Como simple bagaje, las tristeza.
¿Alguna sensación? La pereza.
Solo dehambulan por la vida,
con su conciencia perdida.
Solo vagan por las avenidas,
como almas cedidas.

Los enamorados no tienen que temer,
más que la llegada del amanecer.
Para sus besos, inoportuna.
¡Que no se vaya la luna!
Que dejen de correr las horas,
que el galán de noche suelte sus esporas,
que las estrellas custodien los amantes
y que el tiempo no borre jamás ese instante


martes, 21 de enero de 2014

LOLA FLORES


Queridos amigos , hoy nuestra Faraona cumpliría 91 años, este es un pequeño homenaje en el día de su cumpleaños postumo. Felicidades Lola, allá donde estés que te llegue nuestro cariño.





                                                           LOLA

 

Faraona del arte innato, 
reina del estrellato,

niña morena, 
de larga melena,

que nos maravillaba, 
mientras bailaba.

Aspiran nuestros sentidos, 
el arte más primitivo,

raza y tronío, 
sangre y poderío,

expresión corporal, 
en su estado más genial.
 
Conquistó al mundo, 
con su arte tremebundo.

Pasional y temperamental, 
puro vendaval,
 
orgullo y nobleza, 
gracia y belleza,

largos caminares, 
múltiples avatares,

 
mujer de bandera, 
plena y entera,


que a su gente dio calor, 
arrullándolos con amor.

Con coraje y valor, 
se enfrentó al dolor,


la reina mora en el cielo
su Antonio siguió su vuelo.

En el jardín sus Flores, 
añoran sus valores,


el mundo añora su bata de cola, 
y España llora a su Lola.

domingo, 19 de enero de 2014

EL ARMARIO VIRTUAL






No pensé, ni imaginé jamás,
que abrir una puerta y no más,

me catapultaría al pasado,
sin más cuidado,

que el paracaídas de la añoranza,
y la red de la distancia.

En una mañana de octubre,
siguiendo una línea salubre,

 inicié una limpieza de armario,
 algo arriesgado y temerario.

Es como entrar en una cueva sin fondo y oscura,
tuve miedo, aunque parezca una tremenda locura.

Encontrar vaqueros de la 38 no fue lo más penoso,
minifaldas, monobiquinis fueron los más injuriosos.

Y llegó el momento de escalar hasta la cima,
el altillo es todo un clímax,

encuentras de todo, todo inservible,
pero no por ello menos imprescindible.

Y empiezas a excavar,
en las ruinas del pasar.

De repente, das un salto al pasado,
el corazón late desenfrenado,

cada poro de tu piel se estremece al descubrir,
allí, enlatados, mil y un pedacitos de sentir,

lo que creías olvidado,
resurge avivado,

por la añorada juventud,
en su mar de inquietud.

Las cartas amarilleadas por el tiempo,
son como barquitos de papel, sedientos de aliento,

para vagar de nuevo en la memoria,
y encallar en los bancos del deseo y gloria.

Te sumerges en el diario de tu adolescencia,
y se agolpan las reminiscencias,

que poco a poco se aclaran, hasta la insolencia,
con arrojo, precisión y vehemencia.

Tu primera vez, momento mágico,
tu primera riña, episodio trágico.

Encuentros amorosos tan intensos, 
que se humedecen hasta los lienzos.

Tu olvidaste, pero tu cuerpo recordaba,
y lo sorprendes dándose una escapada.

Tu primer amor atraca en tu puerto,    
te quiere llevar al huerto.

Y ahí, entre las paginas acurrucada,
la última, la más preciada,

envuelta en un lazo rojo sangre,
que atesora lo más grande.

Antes de abrirla te detienes en un breve coma,
e inspiras su añorado y delicado aroma,

que te lleva a los albores de tu existencia,
cuando no eras más que esencia.

Recuerdas los mimos y las caricias,
la ingenua malicia,

y esa inolvidable sonrisa,
que se fue con tanta prisa.

Inmersa en su lectura,
emana la ternura,

consejos de una madre y esperanza,
que te siguen en la lontananza.

Y en tus ojos, lágrimas a su orilla,
se humedecen tus mejillas,

y abrazas la hoja de papel,
por tan grato laurel.

Nunca pensé, ni imaginé jamás,
que abrir un armario y no más,

                      ...fuera una experiencia tan virtual.