Vibraban sus cuerdas dulces melodías.
El duende tras las notas se escondía,
tu arte nos embrujaba y nos envolvía.
Abrazas sus formas cual enamorado,
la acaricias, apasionado.
Y nos regala sentimientos embriagados,
de sensaciones arropadas por tus manos.
Manos que hacen oír al mundo,
en tu viajar cual trotamundo,
la pasión de esta nuestra tierra,
invitando al amor y no a la guerra.
Lucía es tu nombre,
tu música hace el hombre.
El hombre hecho guitarra...la guitarra con alma...el alma con duende...
y del duende manaba la esencia de su música...
vibraba el mundo en cuanto sus manos tocaban esa guitarra...
acariciando los sentidos...
entrando en las entrañas y haciendo palpitar los corazones...
los oídos se regalaban de su música embriagadora acidulando la vida...
puso su alma...puso su corazón...y este se marchitó...
pero...quedó su música con ese duende que vivirá por siempre jamás...
tu música hace el hombre.
El hombre hecho guitarra...la guitarra con alma...el alma con duende...
y del duende manaba la esencia de su música...
vibraba el mundo en cuanto sus manos tocaban esa guitarra...
acariciando los sentidos...
entrando en las entrañas y haciendo palpitar los corazones...
los oídos se regalaban de su música embriagadora acidulando la vida...
puso su alma...puso su corazón...y este se marchitó...
pero...quedó su música con ese duende que vivirá por siempre jamás...
No hay comentarios:
Publicar un comentario