Está sin estar,
la siento a mi vera,
porque la quiero de veras.
Se fue un día
y perdí la alegría,
pero la pude recobrar,
por que ella quiso velar
por sus luceros
y volvió de los cielos.
Y nada más sentir su presencia,
me volvió la apetencia
de vivir
y hacerla pervivir
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